jueves, 2 de mayo de 2013

La cultura, un valor universal

La Alhambra declarada Patrimonio Mundial en 1984 y 1994.
Inmersos como estamos en la vorágine de la globalización, la cultura cobra aún más valor como  derecho, como palanca para el progreso y el desarrollo. Vivimos tiempos de crisis, de ajustes y de austeridad. Son tiempos que exigen imaginación, iniciativa y valentía para superar las barreras que los mercados imponen a la sociedad, pero también que brindan oportunidades.

Como la oportunidad de superarse con la capacidad emprendedora y creativa que siempre han demostrado los pueblos en momentos difíciles. La sociedad debe estar a la altura. Y en este contexto adverso, pero tan cargado también de expectativas, no se trataría tanto de economizar la cultura, como de culturizar la economía.

Dicho de otro modo, el patrimonio cultural no puede ser percibido como una fuente de déficit, sino que al contrario, debe tener un papel decisivo como dinamizador de la economía, del crecimiento económico y del desarrollo.

'Antígona', obra representada por el grupo de jóvenes ciegos y deficientes visuales 'Tiflonuba'
     
Lo dice la UNESCO, “es inútil hablar de la relación entre la cultura y el desarrollo como si fueran dos cosas separadas, cuando el desarrollo y la economía son elementos o aspectos de la cultura de un pueblo”.

Y desde esa perspectiva, se debe utilizar todo el inmenso patrimonio para convertir los bienes culturales en un foco de atracción y de desarrollo sostenible.

La cultura no es solo la belleza, es también la verdad o las verdades nuevas que fabrican las personas y que encandilan a todos, son bienes comunes que ayudan a construir conciencia colectiva. Una verdad a la que todos queremos llegar sin más limitaciones que los demás, creando una herencia cultural sin barreras y ofreciendo una visión de la realidad abierta, fresca, innovadora y con una perspectiva muy práctica.

Sin un patrimonio cultural a disposición del crecimiento humano y social, no se avanza de verdad, y no se construye en profundidad la libertad y la capacidad crítica y de pensamiento propio.

Andalucía constituye un icono de un enclave de la historia, que entronca con la misma intensidad con el Atlántico que con Europa ya que numerosos rincones de la comunidad, monumentos y lugares, están declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Puente Colgante de Vizcaya nombrado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2006
Este año se celebra además el 40 aniversario de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. España es el segundo país con más bienes reconocidos en el mundo. Porque son los monumentos y los bienes culturales en general los que mejor identifican a una sociedad, los que mejor explican su trayectoria histórica, y hacen progresar a los pueblos.

El reconocimiento del carácter de Patrimonio Mundial de un bien, implica conciencia de un patrimonio compartido, y un compromiso común para su conservación y transmisión a las generaciones futuras.
Por eso, se necesita una involucración plena para la protección y conservación del patrimonio. Pero la sociedad debe involucrarse no como meros espectadores, sino como actores principales, sin exclusiones, en la protección del patrimonio.

Porque depende de ella encontrar la mejor manera en cada sitio de patrimonio, para asegurar su protección y sacar el máximo provecho como una fuente de solidaridad, de inclusión y de progreso.

Si se ha llegado hasta aquí, con este patrimonio tan rico, con este conjunto histórico y monumental tan vivo, es también gracias a todos los que lo han protegido y lo han mimado.  Pero hay que seguir preservando el pasado para cultivar el futuro.

Hay que creer firmemente en la cultura como fuente de valores sociales, como un sector estratégico clave para el desarrollo, el progreso y el futuro. Porque la cultura es un motor fundamental del desarrollo social y económico, de reducción de las desigualdades y de fortalecimiento de la cohesión social.
Catedral de Sevilla declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1987.


Por eso, la salvaguardia y el fomento del patrimonio cultural ocupa un lugar tan central en el mandato mismo de la UNESCO. Y la herencia que acumula el patrimonio de nuestras ciudades constituye un activo para el futuro, que debe ser también fuente de inspiración, de dignidad y de identidad.

Es preciso que la Cultura, que es un eje vertebrador y de cohesión social, y que constituye, el referente principal y el mejor escaparate de los diferentes pueblos en el mundo, siga sumando esfuerzos, entre todos, sin diferencias, para hacer efectiva esa igualdad de oportunidades que tanto reivindicamos.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu defensa y , no es por hacerte la pelota.Yo,en mi rincón,defiendo otra pequeña parcela de ese amplio término llamado CULTURA.ya sabes que tengo una página dedicada al teatro y otra alos búhos que enriquezco con poemas de autores famosos de todo el mundo.Si no fuera por la cultura, no sé que habría sido de mí.Yo además me lo he currado bien.Fui la primera persona de mi familia que tuvo carrera universitaria ,con becasde Franco,fue duro,pero ha merecido la pena.Saludos cordiales.

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  2. Excelente post Patricio, en estos tiempos de crisis la cultura en todas sus variantes, se olvida por los gobiernos ignorantes y es postrada al olvido y al abandono. Por suerte, es en momentos difíciles, cuando algunas derivadas culturales emergen como el ave Fénix y nos muestran lo mejor de su esencia, afortunadamente "la cultura" está por encima de los gobiernos y como bien dices compete a todos nosotros su mantenimiento y revitalización. Saludos...

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